viernes, 6 de julio de 2012

Grandes ahorros (sobre el cierre de la red de bibliotecas de la antigua Caja Madrid)



Nada más llegar a su cargo en lo que entonces todavía se llamaba Caja Madrid (después intervinieron esos genios de los nombres vacuos para darle a la cosa un sonido más evanescente y guay), Rodrigo Rato, ese mago de las finanzas, tomó una decisión valiente y necesaria para salvar a la entidad en peligro: suprimir la Revista de Libros, que debía de ser una de las cargas económicas que la estaban hundiendo. El remedio, sin embargo, no funcionó. Aún después de cerrar una revista que llevaba quince años ejerciendo la crítica cultural con una amplitud y una seriedad muy raras en España, la bellamente rebautizada Bankia ha necesitado, por ahora, veintitantos mil millones de dinero público para no hundirse del todo, y Rodrigo Rato fue al paro, uniendo así su destino al de los cinco millones de españoles que se han quedado por ahora sin trabajo.  Pero sus sucesores continúan con las medidas tajantes, aunque imprescindibles. Ahora, cerrar bibliotecas. ¿Cuánto costaba al año la Revista de Libros? ¿Cuánto cuesta una cualquiera de las bibliotecas públicas de la antigua Caja Madrid ahora a punto de cerrarse? ¿Cuántas bibliotecas y cuántas revistas de libros y cuántas aulas y cuántas camas de hospital se podrían pagar con los sueldos o las dietas que han venido cobrando desde hace años los parásitos y enchufados políticos y sindicales de las cajas de ahorros? Ahora me escriben de una de esas bibliotecas, que está en Alcalá de Henares. Copio aquí la carta, con rabia y tristeza:

Amigo escritor, amiga escritora:

Sin duda conoces las dificultades que está atravesando Bankia, unas dificultades que tienen una vertiente cultural porque comprometen la continuidad de su Obra Social. Pero seguramente no sepas, porque es un hecho al que apenas se ha dado difusión, que bastante antes de que salieran a la luz estos problemas Bankia ya tenía decidido prescindir de su red de bibliotecas. No por problemas económicos, sino porque los nuevos gestores de la Obra Social las habían declarado obsoletas.



http://salvemoslabiblioteca.wordpress.com/

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